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Otros consejos

ILUMINACIÓN

  • Tubos fluorescentes y bombillas fluorescentes compactas facilitan una iluminación de calidad y alta eficiencia.
  • Sustitución de las lámparas incandescentes de mayor uso por lámparas fluorescentes (permite reducir hasta un 50% del consumo eléctrico).
  • La duración de las lámparas fluorescentes compactas es de 6-10 veces mayor que las incandescentes.
  • La potencia de una lámpara fluorescente compacta es entre un 20-25% mayor que la de una incandescente, proporcionando el mismo nivel de iluminación, pero con un consumo entre un 75-80% inferior.
  • Utilización de colores claros para disminuir las necesidades de iluminación.
  • Locales que se usen poco (sótanos, bodegas, etc.) y con interruptor de encendido en el exterior, es conveniente que éste incorpore una luz de control para ver si la luz del interior queda encendida o apagada.
  • Apagar las luces de las habitaciones que no se usen.
  • Instalación de programadores, fotocélulas o sensores de presencia para reducir el tiempo de uso.
  • Las lámparas con 3 niveles de iluminación permiten mantener un nivel de iluminación bajo cuando no es necesaria una gran intensidad de luz.
  • Utilizar una iluminación acorde con el uso del ambiente.
  • Aprovechar la luz diurna utilizando ventanas y cortinas de colores claros y tejidos que permitan la penetración de la luz solar, acompañado de una decoración con colores claros que refleje la luz diurna.
  • Cambiar en las lámparas estilo antorcha las bombillas halógenas por bombillas fluorescentes compactas, ya que consumen entre el 60-80% menos, proporcionan más luz y no se calientan tanto.
  • Utilizar luces exteriores equipadas con fotocélulas o temporizadores, que se apaguen solas durante el día.
  • Utilizar lámparas fluorescentes compactas para las luces exteriores.
  • Mantener limpias y en buen estado las lámparas de la vivienda, podría llegar a suponer un ahorro de hasta un 20% en el consumo eléctrico para iluminación, ya que una bombilla sucia o en mal estado puede llegar a perder hasta un 50% de su luminosidad.

CLIMATIZACIÓN

  • Aislar la vivienda para evitar fugas de calor al exterior a través de paredes, ventanas, techos y suelos. Se puede llegar a ahorrar hasta un 40% del gasto en calefacción, obteniendo además otros beneficios adicionales como (1) temperatura más estable en invierno y verano; (2) protección de la vivienda frente a posibles humedades; (3) mayor sensación de confort; (4) mayor aislamiento acústico de ruidos exteriores.
  • Mejorar el aislamiento inyectando material aislante en las cámaras de aire, dando preferencia a las zonas más frías (norte, techos bajo terrazas o cubiertas, suelo sobre espacios abiertos, etc.).
  • Las ventanas sencillas pueden llegar a producir pérdidas de calor y frío hasta 4 veces mayor que en el caso del doble acristalamiento con rotura de puente térmico.
  • Evitar una ventilación excesiva de la vivienda. En condiciones normales con 10 minutos basta para lograr la ventilación de una habitación.
  • Instalación de cintas adhesivas o masillas en los puntos de la caja de las persianas. Aislar con material aislante la estructura de cemento de la cara interior de la caja.
  • Instalar juntas autoadhesivas semirrígidas, bandas adhesivas de espuma sintética o de goma, juntas elásticas de masilla especial, etc., cuando las ventanas no cierran herméticamente. Estos materiales se pueden utilizar también en las puertas al exterior.
  • Subir las persianas y permitir el paso de sol al interior de las habitaciones en las horas de luz solar, bajándolas al anochecer para evitar pérdidas de calor por los cristales.
  • Un temperatura de calefacción por encima de los 20ºC produce un aumento del consumo entre 6-9%. Las temperaturas más usuales son:
    • sala de estar y habitaciones de estudio: 18º-22ºC
    • dormitorios: 17º-19ºC
    • vestíbulos y cuartos de baño: 20º-22ºC
    • cocina: se puede prescindir de la calefacción si existen otras fuentes de calor.
  • Por la noche se puede reducir la temperatura hasta los 16ºC.
  • Regular la temperatura mediante termostatos. Instalar los termostatos alejados de las corrientes de aire, o de los rayos de sol y a una altura de 1.80 m sobre el nivel del suelo.
  • Los programadores termostáticos permiten utilizar un horario de conexión y desconexión del sistema de calefacción.

ELECTRODOMÉSTICOS

  • Frigorífico-congelador:
    • Configurar la temperatura en un intervalo de 3 a 7ºC para el frigorífico y entre -18 y -15ºC para el congelador. Un grado más de enfriamiento según la temperatura recomendada por el fabricante puede suponer hasta un 5% más de su consumo.
    • Disponer los alimentos favoreciendo la circulación del aire para lograr una refrigeración más eficiente y menor consumo eléctrico. Evitar la obstrucción de salidas de aire del interior del frigorífico.
    • Dejar enfriar los alimentos cocinados antes de introducirlos en el frigorífico.
    • Cubrir los líquidos y envolver los alimentos.
    • Dejar unos 5 cm entre la parte trasera del frigorífico, la pared y los laterales, de modo que se facilite la ventilación y aumente el rendimiento.
    • Situar el frigorífico lejos del alcance de cualquier fuente de calor (luz solar, calentador agua, etc.).
    • Desconectar el frigorífico y el congelador ante ausencia prolongadas (superiores a los 15 días), dejándolo limpio y con la puerta abierta para evitar olores desagradables.
    • Situar el congelador en una habitación fresca para obtener mayor rendimiento.
    • Evitar abrir de forma continua la puerta del frigorífico, ya que la pérdida de frío hace trabajar al compresor de forma más intensa, aumentando el consumo eléctrico para alcanzar la temperatura programada, especialmente en verano.
    • Asegurarse de que las juntas sellan correctamente para evitar pérdidas de frío.
    • Limpiar cada 3-4 meses la parte trasera del frigorífico con un paño seco o con el aspirador. El condensador funcionará durante períodos más cortos si el serpentín está limpio, ahorrando consumo eléctrico.
    • Si el frigorífico se descongela manualmente, descongelarlo con regularidad.
    • Evitar la formación de escarcha. Un espesor de hielo superior a 5 mm puede producir un aumento del consumo eléctrico de hasta un 30% por la disminución del poder de refrigeración.
    • En los sistemas No-Frost (anti-escarcha) ciertas tareas pueden producir escarcha como introducir comidas calientes, abrir repetidamente la puerta del frigorífico,......ya que activan el sistema de desescarchado automático aumentando el consumo eléctrico. Además, en este tipo de frigoríficos es importante vigilar que los receptáculos de agua de escarcha del panel trasero del interior del frigorífico se encuentren limpios para permitir la adecuada descongelación.
  • Lavadoras
    • Utilizar el agua a la menor temperatura posible. El 80-85% de la energía que consumo una lavadora, lo hace calentando el agua.
    • Utilizar menos agua y lavar en agua más fría. Reducir la temperatura del lavado de agua caliente a templada puede llegar a reducir a la mitad el consumo de energía en cada lavado. Los ciclos de agua templada o fría permiten lavar y limpiar completamente la ropa.
    • Utilizar la lavadora al máximo de su capacidad (5-6 kg).
    • Los detergentes líquidos hacen trabajar menos a las lavadoras. Si se utiliza detergente en polvo se puede diluir en agua antes de introducirlo en la lavadora.
    • Usar una dosificación adecuada del detergente, ya que un exceso de espuma provoca un trabajo innecesario del motor.
    • Los modernos detergentes permiten un perfecto lavado con agua fría.
    • Una lavadora con un programa fuerte de centrifugado evita el uso de secadoras. Un centrifugado de alta velocidad es más eficaz que otro de menos velocidad, consumiendo prácticamente lo mismo.
    • Evitar poner en funcionamiento la lavadora de forma simultánea con otro electrodoméstico de alto consumo (lavavajillas, horno,...) para aprovechar mejor la potencia eléctrica contratada.
    • Si se dispone de tarifa nocturna, adquirir una lavadora con temporizador para su puesta en funcionamiento.
    • Mantener limpio el filtro de la lavadora para evitar obstrucciones y mejorar el funcionamiento del aparato.
  • Secadora
    • Limpiar el filtro de la secadora una vez terminado el ciclo de secado, mejorará la circulación del aire y evitará posibles accidentes.
    • Inspeccionar periódicamente el orificio de ventilación de la secadora para evitar obstrucciones. Se ahorrará energía y servirá de prevención de un posible incendio.
    • Comprobar que no existen pérdidas de calor o fugas en la secadora, juntas, en la puerta, etc.
  • Lavavajillas
    • Utilizar el lavavajillas a plena carga. Lavar los platos a mano con agua caliente puede resultar hasta un 60% más caro.
    • Enjuagar los platos con agua fría antes de meterlos en el lavavajillas.
    • Poner en funcionamiento el lavavajillas cuando esté completamente lleno, pero sin cargarlo en exceso ni superponiendo piezas, ya que entonces no quedarán totalmente limpios.
    • Mantener suficientemente llenos los depósitos del abrillantador y sal, y limpiar habitualmente el filtro para evitar obstrucciones.
    • Elegir un programa adecuado al tipo, cantidad y suciedad de la vajilla para realizar un lavado más económico.
    • Evitar el funcionamiento simultáneo del lavavajillas, la cocina eléctrica y la lavadora, para aprovechar mejor la potencia eléctrica contratada.
    • Si no se dispone de un programador automático para detener el aparato después del último aclarado, abrir la puerta y dejar que la vajilla se seque sola.
  • Placas de cocina
    • Disponer de una batería de cocina construida con materiales que difundan bien el calor.
    • Emplear utensilios que presenten economías energéticas, como por ejemplo: recipientes compartimentados en los que se puede conocer varios tipos de alimento al mismo tiempo; recipientes superpuestos; utensilios de cocción de usos múltiples
    • Utilizar sartenes y ollas con un diámetro superior al de la superficie de la placa. De este modo la cocción será más rápida y se ahorra hasta un 20%.
    • El fondo de las sartenes y ollas debe ser plano y 1-2 cms mayor que las placas.
    • Utilizar la tapa de los recipientes. La olla a presión puede llegar a suponer un ahorro de hasta un 50% de la energía.
    • Utilizar el agua imprescindible para la cocción.
    • Apagar el fuego antes de acabar la cocción para aprovechar el calor residual.
 
 
 
 

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